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En el lago Roopkund, en el Himalaya indio, se encontraron varios cientos de huesos humanos esparcidos por las orillas y en el fondo. Por ello, el lago recibió el nombre de “Lago de los Esqueletos”.
Las leyendas locales hablan de un antiguo grupo atrapado en una tormenta de granizo en las montañas. Sin embargo, los análisis de la edad y el genoma de los huesos revelan algo mucho más extraño y difícil de explicar: las víctimas estaban separadas por un milenio y eran de orígenes distintos.
La mayoría eran indios, pero el ADN de otros 14 indica una herencia del Mediterráneo oriental, muy probablemente de las islas griegas. La ascendencia de un hombre parece proceder del sudeste asiático.